
Hoy en día como consumidores de moda, debemos tener una mirada más amplia que nos permita ver más allá de la prenda que tenemos en nuestras manos y ser conscientes del impacto de esta industria en el mundo y en la vida de las personas.
Para esto, te contamos sobre los siguientes conceptos:
El Fast Fashion o moda industrializada, hace que la fabricación de ropa se haga de forma acelerada, a muy bajos costos, con materiales de baja calidad, de forma continua y a precios extremadamente bajos al público. Con la moda rápida, se genera una necesidad de consumo sin sentido, en donde se producen alrededor de 52 “micro-temporadas” al año. Esto significa al menos una nueva “colección” cada semana, a diferencia de las tradicionales colecciones anuales de primavera/verano y otoño/invierno.
Esta tendencia por el consumismo ha hecho que el promedio de uso de una prenda nueva sea de solo siete veces antes de ser desechada y que, en los últimos 20 años, haya incrementado un 400% el consumo de ropa en el planeta.
Desafortunadamente, esto tiene un alto impacto en la contaminación del medio ambiente y en la calidad de vida humana, principalmente en aquellas personas involucradas en la producción.
En contraposición surge el Slow Fashion o moda lenta, que se basa en consumir y crear moda de forma consciente e íntegra, combinando las buenas prácticas de las empresas con los hábitos de compra de los consumidores.
Hablamos de fabricación consciente, derechos laborales justos, materiales naturales y prendas duraderas. Conecta la responsabilidad social y medioambiental con el placer de vestir lindas prendas, bien hechas y de manera sustentable.
Las marcas de moda sostenible a menudo usan materiales como el lino, algodón orgánico o tencel para crear piezas lo suficientemente resistentes que permitan alargar el ciclo de vida de las prendas y mantener bajo el impacto ambiental. Cuentan con programas de producción más lentos, colecciones de lotes pequeños y diseños sin desperdicio.
Apostar a prácticas de consumo responsable es, sin duda, una moda que vino para quedarse. interiorizarnos, informarnos sobre lo que compramos y hacer pequeños cambios en la dirección correcta, es lo que importa.
Comprar menos, elegir mejor y hacer que dure.